El problema de las franquicias de DIA

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Las franquicias, junto con la proximidad y el precio, son los tres factores que, combinados, conforman la columna vertebral del modelo de éxito de Grupo DIA, según cuenta la empresa en su memoria anual. El factor franquicia, nacido en 1989 y cuestionado en los tribunales por varios de sus exfranquiciados, podría hacer peligrar la continuidad el grupo. De las 7.409 tiendas que DIA tenía en todo el mundo al final de junio de 2018, 3.777 eran franquiciadas; es decir, el 51% de sus establecimientos son franquicias, un porcentaje que está aumentando en todos los países en que está presente el grupo, tanto en las tiendas DIA como Clarel, los establecimiento de salud y belleza del grupo. En cambio, los 272 establecimientos de La Plaza de DIA en España, el antiguo El Árbol, son todos establecimientos que pertenecen directamente a la propia empresa.

Actualmente “existen en España 10 litigios abiertos contra DIA relacionados con las franquicias, de las que la compañía ha ganado tres en primera instancia. Por otro lado DIA, ha iniciado 15 litigios contra exfranquiciados a los que se les reclama 1,7 millones de euros”, afirma la propia compañía. Contemplando el número de franquicias, DIA, que afirma ser la primera empresa franquiciadora en España y la tercera del sector en Europa, defiende que ”el nivel de litigiosidad es extremadamente bajo”. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) archivó en 2014 una denuncia de exfranquiciados contra DIA.

Pero DIA sí tiene al menos un juicio perdido contra una exfranquiciada en España. Según publicó Economía Digital, un juez condenó a la compañía por incumplir “gravemente sus obligaciones contractuales» al suministrar a una franquiciada de Lleida «mercancías con múltiples deficiencias, con un estrecho margen de caducidad que impedía la salida de las mismas», que recibía producto “inservible y no apto para el consumo». Tras pedirle una valoración de la noticia, el portavoz de DIA decidió no “valorar las distintas informaciones que se publican sobre la compañía prácticamente todos los días”.

Fue presentada una demanda colectiva en Vic (Barcelona) en 2016 en nombre de 25 exfranquiciados después de que la Audiencia Nacional rechazase en dos ocasiones abrir una investigación. “El juzgado de Vic concluyó que no había argumentos jurídicos para sostener la investigación de los hechos denunciados y remitió a cada uno de los querellantes a sus respectivos juzgados en función de la provincia”, defiende DIA.

DIA insiste en que “la litigiosidad de los franquiciados en nuestra compañía es inferior al 1% del total que tenemos. Las cifras de litigiosidad de cualquier otro negocio en este y otros sectores son mucho más altas. Es por ello que no nos gusta que se generalice sobre un problema que, es inferior al 1% de nuestro modelo de negocio y sobre el que, además, solo hemos recibido sentencias favorables hasta el momento en los juzgados”. Los 25 exfranquiciados de la causa judicial de Vic adeudan a DIA 925.000 euros, alega la empresa del IBEX 35. “Algunos ya han sido condenados en sentencia en firme a favor de DIA por valor de 600.000 euros. Por si esto fuera poco, 8 de los 25 querellantes ya firmaron en su día acuerdo de resolución y liquidación con DIA”, añaden desde la multinacional.

Uno de los procedimientos contra DIA que siguen adelante es la querella presentada en los juzgados de Martorell (Barcelona). La causa ha sido admitida a trámite y se ha practicado diligencias por seis delitos: falsedad documental, estafa, apropiación indebida, delito informático, coacciones y delito contra el mercado.

El bulto medio

Otra mala práctica que achacan a DIA todos los exfranquiciados contactados es la del bulto medio consistente, según los exfranquiciados, en que por cada artículo en mal estado que devuelven a la central no le devuelven su valor sino el precio medio de todos los “bultos” que reciben.  El valor que se devuelve es el 0,4%. del valor total de los productos que han llegado. Por ejemplo, en un camión de 5.000 euros son 20 euros, pero si se rompe un palé de champán o algún otro bien cuyo valor es superior a 20 euros pierden dinero, siempre según estas fuentes, que también afirman que son esos tipos de productos y no otros baratos los que llegan en mal estado.

Otra práctica de DIA, según los exfranquiciados, es sustituir en los camiones que les proveen un producto caro por otro barato. Otro ejemplo, rollos de papel higiénico por una caja de whisky. A la de contar los bultos, a los franquiciados le salen el número que habían pedido pero recibían un producto que valía menos de lo que habían pagado a DIA, explican los entrevistados.

La causa de Martorell no es la única abierta. En la provincia de Málaga la abogada Paola Martínez Ledesma representa a una exfranquiciada. La letrada ha iniciado un procedimiento mercantil “para que no le pueda reclamar ninguna deuda a esta familia y planteo una querella criminal por estafa y falsedad documental”. En opinión de la abogada, DIA busca un perfil de potencial franquiciado: trabajadores de la compañía con baja preparación académica a los que les ofrecen una franquicia para el desarrollo de una nueva tienda.

“Cuando comienza la actividad es cuando empieza la realidad de la operación porque empiezan a meterles una serie de royalties. Le obligan a comprar todo en DIA y le van cortando todo el margen de beneficio, los ahorcan y los dejan sin ningún tipo de beneficio. La mayoría tiene que entregar su patrimonio personal, sacar préstamos para poder soportar tener la tienda abierta. Cuando están prácticamente financieramente muertos resuelven el contrato con ellos y les dejan con una deuda enorme y con todo su patrimonio prácticamente perdido. Esto es lo que suele hacer esta cadena”, resume Martínez Ledesma.

Contactada por La Marea, la multinacional aclara que “la política comercial de DIA es responsabilidad exclusiva” de la compañía y los costes de los descuentos “los asume siempre DIA”. Con la polémica sobre las franquicias, desde la empresa quieren ser “categóricos”: “Ha habido investigaciones, con las que DIA colaboró y todos los juzgados, donde siempre el mismo grupo de exfranquiciados ha ido a denunciar una supuesta «estafa» del sistema de franquicias DIA, han dado carpetazo al asunto. Lo que nos queda por tanto es una red de más de 3.700 franquiciados en cuatro países. Esas son las familias que realmente sufren el ruido mediático e interesado sobre un sistema que lleva franquiciando casi 30 años”, explica el responsable de comunicación externa.

Aunque la Justicia hasta el momento ha rechazado la versión de los exfranquiciados descontentos con DIA, todavía quedan causas por juzgar, tanto en España como en resto de países donde opera la multinacional.

Franquicias fuera de España

DIA se considera el primer franquiciador de supermercados en España, pero es en América donde las franquicias tienen mayor peso relativo en el negocio del grupo. Así, el 64% de la red de tiendas de Argentina y Brasil son franquicias mientras en España y Portugal la cifra se sitúa en el 45%, a fecha de 2017. Estos datos podrían explicar por qué DIA ha tenido más problemas con sus franquiciados en el extranjero.

En 2014 el grupo vendió su red de supermercados en Francia a Carrefour. El gigante francés pagó cerca de 645 millones de euros por las tiendas. Posteriormente, Carrefour tuvo que asumir otros 400.000 euros de una condena judicial por culpa de DIA. La empresa española había rescindido antes de tiempo el contrato de un supermercado regentado por un matrimonio cerca de París, según publicó Economía Digital. «La empresa actuaba con métodos abusivos hacia los franquiciados. Había problemas con la recepción de mercancías que llegaban defectuosas y con los descuentos agresivos. La empresa quiso resolver el contrato de forma anticipada y se comprometió a pagar una indemnización por daños y perjuicios que nunca pagó. Ahora la sentencia los obliga», explicó a dicho medio la abogada Anne Cécile Benoit, que ganó el caso a DIA. Un portavoz de la multinacional rechazó “valorar las distintas informaciones que se publican sobre la compañía prácticamente todos los días”.

DIA tiene otras causas abiertas en los cuatro países en que opera actualmente. Brasil es el segundo mayor contingente de franquicias, con 691 tiendas a finales de 2017. Para el Sindicato de Franquiciados del Estado de São Paulo (más conocido como Sindifranqueados), donde la multinacional tiene casi 400 tiendas, las franquicias son una estrategia para “usar mano de obra tercerizada y ampliar su red de tiendas sin inversiones propias”. El sindicato brasileño considera que la principal característica de las franquicias brasileñas es que “los márgenes de beneficio transferidos a sus franquiciados son insuficientes para garantizar una ganancia compatible con el negocio”.

Cerca de 100 exfranquiciados brasileños acumulan pérdidas de casi dos millones de reales brasileños (algo más de 400.000 euros) de media cada uno por “no dar ningún apoyo para orientar debidamente a sus franquiciados sobre procedimientos contables”, explica la agrupación de franquiciados. Es DIA quien establece los precios de compra y controla el software con el sistema de precios de venta, lo que le permite hacer cambios de precios directamente en las tiendas de sus franquiciados sin tener en cuenta los precios pagados para la adquisición de las mercancías, según Sindifranqueados. Esta práctica “provoca en muchos casos ventas con márgenes negativos para el franquiciado y en el medio plazo su quiebra. Para el grupo basta sustituirlo por otro y así dar continuidad a los negocios”, añaden.

En el país carioca, DIA tiene abierta cerca de 80 causas laborales individuales contra el grupo, acusado de utilizar el sistema de franquicias para burlar la ley laboral brasileña, según el sindicato de franquiciados.

Con 627 tiendas franquiciadas, Argentina es el segundo país tras España y Brasil con mayor número de establecimientos de este modelo. Allí la multinacionales tiene abiertas varias causas judiciales de franquiciados.

En Portugal se cuentan experiencias parecidas. Paulo Jaloto, presidente de la Asociación de Franquiciados de Minipreço (Afeda), cree que el problema de la marca de DIA en Portugal es que “no hay reglamentación de las franquicias que regule los derechos y obligaciones de todas las partes ni en Portugal, ni en España ni en todo el mundo”. Al otro lado del Guadiana y del Miño la multinacional también ha sido denunciada por algunos de sus exfranquiciados.

DIA capta a los franquiciados “porque el marketing vende la idea de precios bajos, pero no tienen los precios bajos. Puede tener algún producto a bajo precio pero la mayoría son más caros que en todas las cadenas de supermercados”, explica Jaloto. Antes, DIA invitaba a empresarios a hacerse con una franquicia pero ha cambiado el modelo, asegura Jaloto. Hoy “pasa las tiendas propias a los empleados y con esto DIA vende lo mismo pero pasa toda la responsabilidad a los empleados. Ellos saben que pierden en las ventas. Los empleados de DIA en franquicias no son de DIA, son de los franquiciados. Cuando un franquiciado cierra, el que tiene que pagar la indemnización al trabajador es el propio franquiciado”, no la compañía, aclara.

Las quejas del presidente de la Asociación de Franquiciados de Minipreço han llegado a oídos de las autoridades portuguesas. Después de una reunión con Jaloto, la eurodiputada socialista Ana Gomes escribió una carta en 2013 al director nacional de la Policía Judicial. Gomes expresó al mando policial que DIA incumplía la ley al “utilizar un sistema inaccesible por parte de los franquiciados, no permitiéndoles efectuar la gestión de los stocks y que tampoco respeta los precios, la cantidad de artículos disponibles o el margen de lucro”. La Marea ha contactado con la eurodiputada para conocer el efecto que tuvo su carta sin obtener respuesta.

Preguntado por los casos concretos que constan en este reportaje, DIA prefiere “no entrar en todo esto” porque “sería el cuento de nunca acabar” y se remite a lo anteriormente expuesto y las resoluciones favorables que acumula en los tribunales. “Desde 2013 hasta hoy se han abierto más de 1.000 nuevas franquicias DIA, situando a la compañía como la tercera de Europa con más de 24.000 empleos generados. Son números que dejan a las claras la fortaleza del sistema franquiciador de la compañía”, zanja el departamento de prensa.

 

Algunos testimonios de franquiciados

José Barberán fue franquiciado DIA en Villarreal (Castellón) entre 2011 y 2012: “Te proponen un negocio que no es real, presentando una cuenta de resultados falsa. Te das cuenta a medida que vas trabajando que los descuentos, cupones y ofertas no son reales, que todo es un entramado, que es todo falso y te están timando”. Barberán es uno de los exfranquiciados que denunció a DIA en el juzgado de Vic y fue remitido a su partido judicial.

Bruno Delgado Arceo firmó un contrato de 39 folios para abrir una tienda en el barrio burgalés de Gamonal. Tras intentar mantener a flote el negocio durante tres años, Bruno explica que el modus operandi de DIA consiste en descapitalizar al franquiciado, dejándolo con “deudas inasumibles”. “Actúan en un ámbito de miedo y chantajes emocionales. En dos o tres años ganan muchísimo dinero en tres momentos: con el comienzo del negocio, la actividad y el cierre. Te financian un llenado inicial con el que ya ganan dinero, durante la actividad nosotros seguimos comprando y ellos siguen vendiendo. En un momento dado dicen que te tienen que quitar la tienda porque vendes poco y te dicen cuánto les debes. Todo el dinero que estás invirtiendo lo estás perdiendo. Es un negocio basado en el robo, la descapitalización, el fraude, la estafa, la usura, las malas artes y la mala fe”, añade.

Silvia Fuenturbel tuvo un supermercado DIA en Zalla (Vizcaya) entre 2011 y 2013. “Me dijeron un margen de beneficio que nunca vi. Llegaba mucho material dañado, tenía muchas pérdidas que no cubrían. Creo que te metían todo lo roto para que lo tuviese que devolver. Vi que en la caja, al pasar la tarjeta del ClubDIA, los descuentos y cupones nunca coincidían con lo que señalaba al día siguiente. La explicación de DIA era Ios distintos tipos de IVA. ¿Cómo calculaban el IVA? Cuanto más explicaciones pedía más imposible me hacían la vida. Perdí muchísimo dinero que estoy pagando todavía”.

La exfranquiciada cuenta que le enseñaron a hacer la caja de una manera “y había cosas que no podía comprobar. Empecé a hacerlo de otra manera y descubrí que entre tarjetas y promociones me debían más de 4.000 euros. Lo reclamé y me dijeron que había sido un error de ofertas y habían mandado aviso a otros tiendas. Contacté con otra tienda y me dijo que no le había llegado aviso. La otra franquiciada comprobó la caja, tampoco le cuadró, reclamó y le dijeron que había sido otra equivocación. Cuando solicité el dinero me devolvieron menos de la mitad y me dijeron que era por cuestiones del IVA. Vi que esto era una gotera por todos sitios. A mí me llenaron las estanterías con lo que ellos querían. Me cambiaban productos que vendían por otros que no vendía. Todo era discutir y todo era a su favor. Tú nunca tenías derecho a nada, solo a pagar el camión el mismo día que te venía. Si no pagabas no te traían el del día siguiente. Te engañan por todos los sitios”.

Las pérdidas para Fuenturbel supusieron una ganancia para DIA, según su versión. “No era rentable para nada. He trabajado gratuitamente para DIA durante dos años, metiendo muchas horas, entrando a las 7 de la mañana y saliendo a las 10 de la noche, trabajando hasta los domingos. Solo me han quedado deudas. He perdido todos mis ahorros y mi fondo de pensiones. Cuando cerré, la tienda la franquiciaron unos chicos porque veían que entraba mucha gente. A los tres meses me llamaron porque veían que no ganaban nada y no podían dejarlo. No han durado ni un año”.

“Tuve que pagar un canon de entrada de 12.000 euros más IVA y 70.000 euros por el llenado. Se supone que te quedas el dinero de las ganancias pero logré vender toda la tienda entera en las fiestas de Zalla y tras echar cuentas vi había perdido dinero. Ellos decían que era porque me robaba mucha gente pero no había apenas robos. Me crearon muchos problemas psicológicos. Me ha costado mucho salir a flote”, exclama indignada.

Alejandro Martí Tuset empezó en el año 2000 con una tienda en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), cuando “aún no existía ni la tarjeta ClubDIA ni los cupones descuentos”. Fue la tercera persona en coger la misma tienda porque “DIA decía que se habían peleado los socios anteriores pero era falso. Lo que pasó es que no les funcionaba porque no era rentable. Tienen a gente que se dedica a arruinar la vida de gente. Están entrenados para eso porque cuando cogen una franquicia saben que los números no van a salir. La misma tienda se ha franquiciado hasta ocho veces. La estafa está mejorada, ahora te ponen una golosina porque por cómo te lo venden es una oportunidad de negocio que jamás va a volver a pasar en la vida. Compré el local y tuve que asumir toda la instalación pero ahora mismo DIA te lo pone todo y te franquicia. Solo pagas el llenado de tienda y la tienda es tuya. No tienes el control del negocio en ningún momento, lo tienen ellos. Te dan género invendible y género que no pides. Hay delito informático porque el control lo tienen todo ellos desde la central”.

Martí cerró en el 2009, nueve años después de abrir. En 2002 cambió a un local más grande “pagando menos de hipoteca, con más posibilidad de vender. Pasaron los años y los números no salían. Monté una inmobiliaria y el dinero que ganaba iba para el supermercado. Vendí un piso para capitalizarme porque perdía dinero. En 2007 cerré y cambié de cadena a Consum y, como la clientela de DIA es muy fiel, me bajaron las ventas. Durante ese año DIA me denunció cuando ya estaba arruinado. El inspector de DIA me dijo que si pagaba 50.000 euros llenaban la tienda y quitaban la denuncia. Decía que ahora sí salía el 13% de beneficio prometido. Cambié de nuevo, pagué los 50.000 euros y ese último año fue fatal. Perdí 120.000 euros ese año. Tengo una deuda de un millón de euros y es imposible que el local de ocio que monté en ese local me genere para pagarlo todo. Ya me han subastado el local y el piso y estoy a la espera de que me echen”. La causa de Martí contra DIA está admitida a trámite en el juzgado de Martorell.

Ana Isabel Gallego comenzó su relación con DIA como cajera, ascendió a encargada y llegó a ser supervisora de franquicias antes de abrir su propia tienda en abril de 2011 en un barrio marginal de León, después de que la compañía se lo propusiese. “Veía que las tiendas que yo llevaba funcionaban muy bien. Eran franquicias puras, no eran tercerizadas [tiendas propias ofrecidas a otra persona para funcionar como franquicias] y donde ganaban dinero realmente era en la sección de carnicería o pescadería porque solo con productos de DIA vas a la ruina total”, explica la extrabajadora.

Según la cuenta de explotación que Ana Isabel afirma que le hicieron, ella sacaría 2.000 o 3.000 euros netos al mes “pero era mentira”. Aunque el comienzo fue positivo, para finales de año “empezaron a no cuadrarme los números”. Aguantó hasta junio de 2014, algo más de tres años, después de varias agresiones y robos de clientes, “con muchas trabas por parte de DIA, que decía que si no funcionaba era por mi culpa, que no sabía gestionarla. Trabajaba de 8 a 23 horas de lunes a sábado e incluso algún domingo”.

Pese a su experiencia como supervisora de franquicias no logró mantener la tienda al ser “los márgenes mínimos porque tienes que tirar todo lo que viene roto de los camiones, lo que se estropea, lo que caduca… Eso lo pierdes. No ves más que pérdidas”. Al día siguiente de hacer el primer inventario, según la exfranquiciada, muchos de los artículos estaban dados de baja, es decir, al pasarlo por caja el sistema no reconocía el producto y “le tenía que poner el precio que quería. A lo mejor vendía un Rioja que valía 11 euros por 2 euros porque no sabía de vinos”.

El pago de las reformas del local corría por su cuenta, denuncia Gallego. “Dijeron que había que cambiar las luces a LED y que venía a mi cuenta. Dije que no, que había una cláusula en el contrato que la tienda es DIA y todas las reformas son a cuenta de DIA porque la tienda era suya. Acordamos pagar mitad y mitad. Hablé con otros franquicias y claudicaron. Yo fui la última en cambiar las luces”, aclara.

Otra queja de la exfranquiciada es que en las ofertas de segunda unidad a mitad de precio el franquiciado paga todas las unidades al mismo precio aunque posteriormente los descuentos son compensados por la multinacional. Para Gallego “es complicadísimo comprobar todos y cada uno de los productos. Nunca cuadra. Yo vendía más de lo que me abonaban en compensación de oferta. Daba igual que lo reclamase”, clama Gallego. Cuando era supervisora de franquicias recuerda que los franquiciados ya se quejaban porque no les cuadraban los descuentos.

“Pagaba 3.000 euros de luz al mes y no ponían el aire acondicionado en verano ni la calefacción en invierno. Jamás vi una factura, solo una refacturación cada cuatro meses donde luego ajustaban por consumo pero siempre salía a poner yo más. No podía ver el consumo”, denuncia. “Es una estafa bien organizada. Te añadían posteriormente al contrato anexos”. El cambio de luces a su cuenta, señala, era también un anexo “que me obligaron a firmar” pero logró modificarlo tras su negativa inicial. “Como supervisora, cuando algún franquiciado no quería firmar un anexo y se lo contaba a mis superiores, mis jefes decían que se le quitaba la tienda”.

Ana Isabel, tras cerrar en 2014, quedó “con 5.500 euros de deuda con Hacienda y tuve que pedir un préstamo al banco para pagarlo. A mí me arrunaron la vida. Con 45 años me hundieron totalmente. Todavía sigo con tratamiento por depresión y ansiedad”. Gallego dice que tanto ella como su hija están vetadas por DIA. “No vayas a pedir trabajo a DIA porque no vas a tener”, afirma que le dijo el jefe de ventas.

DIA, calidad y precio cada vez más lejos

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La base de cualquier tienda son los productos que vende. El Grupo DIA ofrece en sus 4.713 tiendas en España* artículos con variedad de marcas que complementa con las marcas propias. El grupo de distribución fue el primero que en 1984 introdujo en España el concepto de marca blanca, bajo la cual los supermercados venden una serie amplia de productos, “con calidad al mejor precio”, según rezaba el lema de DIA.

Pese a ser el pionero en la marca blanca, DIA ya no es el líder en el concepto de tienda de descuento, caracterizado por la mejor relación calidad-precio. Un informe de 2017 de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) muestra cómo las distintas enseñas del Grupo DIA (Maxi DIA, DIA Market, La Plaza de DIA) habían subido el precio de sus productos por encima del precio medio de varios de sus competidores. Alcampo, Mercadona, Carrefour y Simply ya eran más baratos que cualquiera de los formatos de DIA, mientras Lidl y Eroski tienen unos precios similares. El antiguo eslogan “Si pagas más es porque quieres” fue sustituido en 2012 por el actual “Calidad y precio están muy cerca”.

El sector está cambiando. Ahora hipermercados como Alcampo y Carrefour ofrecen los productos de marca blanca a menor precio que los supermercados de descuento duro que los introdujeron. Se debe “a los cambios de imagen y de ofertas” de los supermercados de descuento “para acercarse más a los supermercados tradicionales”, según la organización de consumidores.

En su memoria anual, el grupo presume de trabajar a nivel mundial con casi el 90% de proveedores locales (del mismo país en que vende). En 2017 realizó compras a proveedores de marcas del fabricante por 4.864 millones de euros frente a los 3.190 millones de euros de los proveedores de marcas propias. Las ventas relacionadas con las marcas blancas supusieron el 48% del total en España.

Uno de los productos marca blanca ‘estrella’ de DIA es el aceite. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denunció ante el Ministerio de Agricultura en 2016 que DIA vendía aceite de oliva a pérdidas, práctica ilegal salvo en productos perecederos próximos a su fecha de caducidad o si se intenta alcanzar los precios de los competidores. La oferta final al consumidor/a del aceite de marca DIA era 2,19 euros por litro frente al precio medio en origen a granel de 2,8 euros, señaló COAG.

Esta oferta le supuso a DIA un incremento de ventas del aceite con descuento, pero también una investigación por parte de la Agencia de Información y Control Alimentario del Ministerio de Agricultura tras la denuncia conjunta de COAG y la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) por una posible adulteración de la calidad del aceite de oliva al mezclarlo con aceite de girasol. Para las organizaciones agrarias, esta reducción de la calidad del aceite podría explicar esos precios bajos.

“La investigación sobre la adulteración del aceite se archivó al no encontrarse nada de nada. En su día ya hicimos públicos todos los análisis de calidad referidos a nuestro aceite y, como quedó probado, no tiene nada de adulterado”, explica la multinacional. Respecto a la acusación de vender a pérdida, la compañía defiende cumplir ”escrupulosamente la legalidad vigente” y señala que en octubre de 2017 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró contraria al derecho comunitario la ley española que prohíbe las ventas a pérdidas.

Las denuncias de venta a pérdidas contra DIA se han repetido con la leche de vaca a 0,20 euros por litro en 2016 y el aceite de girasol a 0,68 euros por litro en 2017. El grupo achacó al caso de la leche a un error y defendió que cumplía la legislación que impide vender por debajo del precio pagado a los productores. DIA también ha recibido denuncias por vender arroz, pollo y conejo por debajo del precio de coste.

Proveedores

¿Cómo trata el grupo a los proveedores de sus productos? En 2013, la OCU elaboró un estudio con las siete principales cadenas de supermercados de España. DIA sacó la segunda peor nota en responsabilidad social, al no participar entonces en ninguna iniciativa global de responsabilidad social empresarial ni auditar a sus proveedores extracomunitarios.

Los puntos débiles de ética empresarial señalados por OCU en su estudio de 2013 han sido enmendados, según DIA. La relación con los proveedores está sometida actualmente, según cuenta el grupo en su web, por auditorías “tanto internas como externas” de forma periódica. El Grupo DIA también ha firmado el Pacto Mundial de las Naciones Unidas de responsabilidad social empresarial.  “La relación de Grupo DIA con los proveedores podría derivar en penalizaciones o en la ruptura del contrato si se produce cualquier violación del Código Ético”, explica la multinacional.

Los productores que trabajan con DIA “reconocen que han recibido muchos disgustos” de esta gran corporación de la distribución. “Las ofertas abusivas, el uso de determinados productos como reclamo” y la mencionada venta a pérdidas ha llevado a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) a denunciar “en muchas ocasiones” a la multinacional. No obstante, las relaciones entre proveedores y DIA han mejorado. Esta asociación de agricultores reconoce que los intentos de diálogo ”han sido respondidos positivamente”. “En los últimos meses no hemos detectado prácticas que puedan ser objeto de denuncia ante las autoridades. En todo caso, permanecemos vigilantes”, afirma UPA.

La aplicación pendiente de la sentencia europea podría legalizar en España la “práctica comercial desleal”, tal y como la califica la UPA. Pero en el Parlamento Europeo la eurodiputada socialista Clara Aguilera trata de extender la prohibición de la venta a pérdidas a todo el territorio de la Unión Europea.

“Los pequeños agricultores y ganaderos no pedimos a DIA nada que no pidamos al resto de la cadena agroalimentaria: que se comporten con responsabilidad, siendo conscientes de que sus acciones repercuten en el resto de eslabones y que las ofertas muy radicales se traducen irremediablemente en pérdida del valor del producto, llevando a que los productores muchas veces ni cubramos los costes de producción”, pide la UPA.

En Ginebra (Suiza) la empresa española tiene dos compañías, DIA World Trade e ICDC Services, para rebajar los costes que tiene que pagar por los productos que finalmente venderá en tienda. DIA asegura que DIA World Trade se crea en 2012 “para la negociación más general con los grandes proveedores de acuerdos de carácter internacional” y que ICDC Services nace en 2015 “para la negociación conjunta con grandes proveedores”.

ICDC Services pertenece a un 50% al Grupo DIA y a la cadena de supermercados francesa Casino. La localización en Suiza no es casual, según el grupo: “Es ahí donde están todos los grandes proveedores y donde se negocian los acuerdos internacionales, muy habitual en todo el sector de la distribución mundial”, aclaran.

Otra sociedad creada para negociar de forma conjunta con proveedores, en este caso a nivel español, fue Red Libra Trading Services, fruto de un acuerdo entre Grupo Eroski y Grupo DIA en abril de 2017. Con esta compañía con sede en Madrid, DIA buscaba “maximizar la relación calidad-precio ofrecida al consumidor”. Del precio ofrecido a los productores no dice nada. El matrimonio de conveniencia entre DIA y Eroski se remontaba a 2015, cuando “acordaron colaborar para mejorar las condiciones de negociación con los grandes proveedores de marcas nacionales e internacionales para el mercado español”.

El pacto DIA-Eroski se rompió en abril de 2018, tras denuncias de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), la patronal de la industria alimentaria, y la asociación Promarca ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la AICA del Ministerio de Agricultura y Pesca porque dicha alianza podría vulnerar la legislación vigente. La AICA ha resuelto con un expediente sancionador a DIA por 88 infracciones graves, de las cuales 44 son por revelar información confidencial, 34 por exigir pagos adicionales a los proveedores, que incluyen multinacionales como Nestlé y Danone, y 10 por modificar las condiciones contractuales no pactadas expresamente por las partes. DIA se enfrenta a una multa cercana a las 6,5 millones de euros pero la sanción está recurrida por la compañía ante la Audiencia Nacional. El organismo dependiente del Ministerio de Agricultura considera agravante la supuesta reincidencia de DIA.

*Datos de finales de septiembre de 2018

Las trabajadoras de DIA: muchas cajeras, pocas directoras

Si se escucha la palabra “cajero” la gente probablemente pensará en la máquina de los bancos para sacar o ingresar dinero. En cambio, si se habla de una «cajera«, se suele visualizar a una mujer en el supermercado pasando artículos por el código de barras y cobrando a los clientes. Los datos de la compañía lo confirman: las mujeres son mayoría en DIA.

La cadena de supermercados destaca por ser, junto a Siemens Gamesa y Grupo Santander, las únicas compañías del IBEX 35 que tienen como presidenta a una mujer, y aunque el 66% de los empleados a nivel global del Grupo DIA lo conforman mujeres, el género femenino es minoritario en los puestos de manager (38%) y de dirección (27%), según datos de finales de 2017 de la propia empresa. La venezolana Ana María Llopis Rivas llegó a la presidencia en julio de 2011 y ha anunciado su marcha definitiva en 2019 -en octubre de 2018 abandonó el máximo cargo-. Defiende el papel de la mujer en las empresas, aunque solo hay tres mujeres entre los 11 miembros del Consejo de Administración y ninguna en el Comité de Dirección de DIA, formado por cinco hombres.

Pese a contar con un Plan de Igualdad en España desde el año 2012, que “persigue profundizar aún más en la equidad de oportunidades profesionales a todos los niveles de la plantilla”, solo el 34,23% de las promociones a grupos profesionales “diferentes del de partida, en los niveles de manager y directivos, estuvo destinado al personal femenino” en el año 2017, explica DIA en su memoria anual.

Aunque los datos que aporta DIA en su web muestran que no hay paridad en puestos de responsabilidad en el global del grupo, dos de los tres sindicatos firmantes del Plan de Igualdad defienden que sí la hay en España, excluyendo el Consejo de Administración, que queda fuera del ámbito del plan firmado. “Se trabaja en la ruptura de la brecha salarial, en la mayor conciliación y en medidas de impacto de género aunque el Plan de Igualdad es mejorable”, defiende Antonio Pérez, secretario general de FETICO (Federación de Trabajadores Independientes del Comercio), sindicato mayoritario en DIA y en el sector de grandes superficies.

FETICO forma parte de la comisión de seguimiento del plan y asegura que “los datos estadísticos reflejan que la mayoría de personas con responsabilidad en DIA son mujeres”, en concreto un 53% de los cargos medios, según un documento de la comisión de seguimiento que el sindicato no ha compartido con La Marea por estar “sometido a sigilo”. Ángeles Rodríguez, coordinadora de Comercio en la Federación de Servicios de CCOO, aclara: “En cargos medios hay paridad. Venimos de una tradición donde la jefatura era todo hombres y eso va cambiando. Hace 15 años no encontrabas hombres en las cajas y ahora hay aunque sean pocos. Se habla de encargadas de tienda porque son todo mujeres. El departamento de recursos humanos también está formado por mujeres”.

Juan José Arjona López, extrabajador en el centro logístico de El Puerto de Santa María (Cádiz), tiene una visión crítica: “Igualdad en DIA ninguna”, afirma. Los puestos de trabajo están “segregados” por género, con mujeres mayoritariamente en las oficinas “pero con jefes hombres” y preponderancia masculina en el almacén. Esta división sexual del trabajo en DIA lleva a que las trabajadoras de este centro logístico “no tengan incentivos, es un sueldo fijo” porque “solo tienen incentivos los del almacén”, copado por hombres, denuncia este exempleado.

En la misma provincia, en diversas tiendas de Jerez de la Frontera, trabajó durante seis años Aurora van Echelpoel, despedida por DIA y actual secretaria de CNT Jerez. “Entré como madre soltera. Me daban horarios en los que yo no podía cuidar a mi hija. Tuve que pedir la reducción de jornada ganando menos de 500 euros. Así te tienen cogida hasta que tu cuerpo no aguanta”, cuenta van Echelpoel. La belga afincada en Jerez denuncia la discriminación en las promociones laborales: “Era una de las más antiguas y me hacían formar a los más jovencitos. De buenas a primeras te encontrabas con que los jovencitos que hacía una semana había formado subían a encargados. ¿Si yo los había formado, por qué no me ascendieron?”, se pregunta. Frente a estas acusaciones, DIA ha declinado valorar declaraciones de trabajadores.

8-M en DIA

La huelga del 8 marzo de 2018 es un hito del movimiento feminista español que buscaba acabar con prácticas discriminatorias como las denunciadas en DIA. M.J.G. fue la única persona de su centro que no acudió a trabajar ese día: “Y desde entonces estoy en el punto de mira”, dijo a este medio días antes de ser despedida. La ya extrabajadora advertía de que “las compañeras no la secundaron más que nada por miedo”.

FETICO, el sindicato mayoritario en DIA,  no se adhirió a la huelga por no haber sido llamado “para ser convocante” y porque, argumenta, “lucha por la igualdad real de mujeres y hombres dentro de las empresas haciendo acciones directas”. Algunas de esas acciones fueron compartir fotos en redes sociales con el hashtag #SinLímitesFetico de una pulsera púrpura desde los centros de trabajo el mismo día de la huelga. El sindicato difundió antes del 8-M un vídeo conjunto con la exsenadora del Partido Popular y secretaria general de Mujeres en Igualdad Carmen Fúnez. La expolítica rechaza la huelga “porque en temas de igualdad sobran los gestos y se necesitan más acciones directas, y la huelga no deja de ser un gesto”.

Los planes de igualdad, que FETICO toma como ejemplo de acción directa dentro de las empresas, son obligatorios en empresas de más de 250 trabajadores y trabajadoras, tal y como establece la ley de igualdad en vigor desde el año 2007. “FETICO vende como éxitos suyos la transposición de la legislación laboral general a los convenios propios”, sostiene Ángeles Rodríguez, de CCOO.

FETICO, el sindicato favorito de las empresas

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FETICO (Federación de Trabajadores Independientes del Comercio) es una federación de sindicatos “independiente” que nace en 1979 en un contexto “donde los sindicatos autodenominados de clase tenían como principal misión ser correa de transmisión de los partidos políticos de los que dependían directamente”, explica la federación sindical en su web. Hoy en día es el sindicato mayoritario en el Grupo DIA y cuenta con más de 60.000 afiliados/as y 6.000 delegados/as en todo el sector del comercio, según la propia FETICO.

En la página web la cantidad de ofertas del Día del Afiliado/a para ir al Parque de Atracciones de Madrid, las frases motivacionales y sus actos solidarios, dejan poco espacio para informar de los éxitos electorales, hacer campaña para comicios sindicales y oponerse a la apertura comercial generalizada. Según Enrique Martín Criado, sociólogo de la Universidad Pablo de Olavide que ha investigado junto con la socióloga Pilar Carvajal Soria su labor, “FETICO es un sindicato que trabaja para las empresas” pese a que “intenta presentarse como un sindicato independiente”.

Las acusaciones de ser un sindicato pro-empresa se nutren de diversas sentencias judiciales que acreditan una afinidad por parte de El Corte Inglés hacia FETICO. El Tribunal Constitucional dictaminó en 1998 un trato de favor “en materia salarial y profesional” por parte de El Corte Inglés a los representantes sindicales de FETICO y FASGA (Federación de Asociaciones Sindicales de Grandes Almacenes) frente a los de UGT y CCOO, constitutivo de discriminación sindical y contrario a la libertad sindical.

En 2005, un juzgado de lo Social de Sevilla dio por probado que la compañía del triángulo verde “apoya de forma sistemática a dos sindicatos afines” como son FETICO y FASGA, “estimulados por la propia empresa. Así, la empresa canaliza a través de estos sindicatos las «mejoras» ofertadas a la plantilla, estimula la afiliación a los mismos, y premia la «afinidad» de dichos sindicatos a la empresa mediante la promoción económica y profesional de sus dirigentes y afiliados. Esta “labor de estímulo de sindicatos afines” en El Corte Inglés “ha venido acompañada de una conducta de entorpecimiento de la sindicación y la actividad sindical de los sindicatos distintos a FASGA y FETICO, en especial de CCOO”, añade la sentencia.

Preguntado por estas resoluciones judiciales, desde el sindicato destacan que “FETICO no se encontraba presente en el proceso  judicial”, por lo que ”no ha tenido oportunidad de pronunciarse”. Para la organización sindical “resulta absurdo hablar de un trato de favor” hacia FETICO cuando tienen “una representación minoritaria en El Corte Inglés”.

En opinión de Martín Criado, la Federación de Trabajadores Independientes del Comercio “es el sindicato de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED)”, la patronal de algunas de las mayores cadenas de tiendas. Para lograr la hegemonía en el sector del comercio, FETICO cuenta con la ayuda de las compañías para no permitir “a otros sindicatos presentarse a las elecciones”, explica el sociólogo.

¿Pero cómo logra convencer a los trabajadores para ser el más votado si realmente trabaja para el interés de la empresa y no de las personas trabajadoras? Según Ángeles Rodríguez, coordinadora de Comercio en la Federación de Servicios de CCOO, que lo considera “una asociación” favorecida por la patronal y no un sindicato, la clave del éxito es que “presenta candidaturas en todos los centros de trabajo”, frente a los pocos sindicatos que logran competir electoralmente con FETICO.

Rodríguez denuncia que la principal organización del comercio utiliza artimañas para invalidar candidaturas rivales como ocurrió supuestamente en el IKEA de Arroyo de la Encomienda (Valladolid). En la tienda sueca, un trabajador afiliado a FETICO se presentó en la lista electoral de CCOO en 2016 y renunció un día antes de la proclamación provisional sin que la mesa electoral ni el candidato hubieran avisado a CCOO, lo que supuso la invalidación de la única candidatura rival de FETICO.

Tras la impugnación de las elecciones sindicales por CCOO y un laudo arbitral que declaraba válida la lista electoral alternativa a FETICO, la Federación de Trabajadores Independientes del Comercio demandó a su vez contra el dictamen arbitral que permitía la candidatura rival. La sentencia que dirime el caso y a la que ha tenido acceso La Marea da la razón a CCOO y considera que la renuncia del trabajador ha de ser “valorada con recelo” por su afiliación y su posterior candidatura en las listas de FETICO.

El sindicato demandante aclara que ellos no intervinieron en la decisión de la mesa electoral y que “la renuncia de candidatos a las listas de cualquier sindicato entra dentro del derecho y voluntad de los trabajadores a determinar su pertenencia a una u otra candidatura”. FETICO aclara que “a raíz de la sentencia aludida se repitió el proceso electoral, dando como resultado el crecimiento de la representación en la empresa de CCOO, y FETICO no procedió a demandar ni a obstaculizar en ningún modo la decisión de los trabajadores”. El resultado de las elecciones repetidas fue, de nuevo, otra mayoría absoluta para FETICO. El sindicato no ha explicado por qué decidió impugnar en primer lugar el laudo arbitral que permitía una lista rival en las elecciones sindicales.

Cuando otros sindicatos logran presentarse a elecciones, FETICO gana las elecciones “haciendo pequeños favores” a los “muchos trabajadores que saben poco de derechos laborales y de sindicatos”, ya que la empresa permite a los delegados sindicales de FETICO ser conocidos por los empleados, cuenta Enrique Martín Criado. Otra táctica para ganar afiliación y votos, tanto para el sociólogo como para la sindicalista, consiste en “vender” como éxitos de FETICO la transposición de la legislación laboral general a los convenios propios.

Volviendo al caso concreto de DIA, desde el sindicato CNT denuncian que “la empresa promueve la afiliación en FETICO de los trabajadores”, que “pasan por ese aro para poder optar a ser indefinidos”, cuenta Beltrán Roca, secretario del sindicato de El Puerto de Santa María (Cádiz). M.J.C., extrabajadora, clama contra FETICO porque “no ha hecho ninguna queja” sobre las malas condiciones de trabajo. “Al revés, dicen que es una fortuna tener trabajo en una provincia con tanto paro. Lo que hay que hacer es poner a todo el mundo de nuestra parte. Esa es la filosofía de FETICO”.

Y es que FETICO, además de definirse como sindicato libre, pluralista, independiente, democrático, unitario, apolítico y reivindicativo, también se considera un sindicato de concertación “frente a la confrontación permanente”, con “el diálogo como camino más seguro y efectivo para conseguir nuestros fines”.

Así lo considera también el propio Antonio Pérez Rodríguez, secretario general de FETICO: “La relación con la empresa y otros sindicatos es muy buena porque quiero negociar con ellos para llegar a buenos acuerdos. La relación de FETICO es tan extraordinaria que jamás nos metemos con ningún sindicato ni con ninguna empresa. Nuestro modelo sindical, a mucha honra, no es un modelo de confrontación porque eso solo lleva al cierre patronal y a que la gente se tenga que buscar la vida haciéndose una cooperativa”, explica el líder sindical. Pese a lo expresado por Pérez, tanto en las redes sociales de FETICO como en la web del sindicato y en el propio Twitter de su actual secretario general se pueden encontrar ataques a FASGA, CCOO y UGT, sus principales rivales electorales.

El secretario general también rechaza las acusaciones de que su sindicato es un instrumento de la empresa: “Los trabajadores han apoyado a FETICO en un voto libre, secreto y directo. Decir que las elecciones están compradas es ridículo en el siglo XXI. Hay que ser muy respetuoso” con lo que vota la plantilla, defiende el sindicalista. El mayor cargo de FETICO también considera ridículo “decir que hay un sindicato que no hace nada. Mercantilmente es ridículo decir que somos la propia empresa. FETICO opera en 200 empresas. ¿De qué empresa somos?”, se pregunta Antonio Pérez.

Preguntado por las acusaciones de trabajadores de CNT de El Puerto de Santa María, Pérez afirma no recordar “ningún sitio donde esté CNT con FETICO. Me llega que los trabajadores de El Puerto de Santa María son de CGT, no de CNT, y son exsindicalistas de UGT”. La Marea ha contactado con varios militantes de CNT, no de CGT, como erróneamente defiende el secretario general de FETICO. Tampoco provienen de UGT. Pérez destaca la  buena sintonía con el resto de sindicatos pero reconoce que “puede haber sindicalistas con las que la relación no sea tan buena”.

 

La otra cara de trabajar en DIA

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Grupo DIA tenía al cierre de 2017 una plantilla de más de 67.600 personas distribuidos en cuatro países: España, Portugal, Brasil y Argentina. La mayoría trabaja en los supermercados y tiendas en España. DIA asegura que el 90% de los contratos en todo el grupo son indefinidos y que la plantilla al completo está amparada por un convenio colectivo, ya sea de empresa, como ocurre en España (en vigor hasta finales de 2018), o sectorial en el caso de Portugal, Argentina y Brasil. Por convenio, el salario base mínimo para el año 2018 en España es de unos 14.660 euros, ligeramente por encima del salario mínimo de 14.440 que marca el convenio colectivo del sector de grandes almacenes.

Pero estos datos no incluyen a la fuerza laboral que trabaja para el grupo “bajo regímenes contractuales distintos”, como admite la propia multinacional en su memoria anual. Se trata sobre todo de los empleados en los “distribuidores logísticos y la función de compras”, ya que la multinacional externalizó “alguna de sus funciones en 2017”.

Aarón Benigno fue un trabajador subcontratado por DIA en el centro logístico de El Puerto de Santa María (Cádiz). La empresa auxiliar que lo contrató se llama Samsic Iberia, encargada del servicio de limpieza y de recogida de palés en el almacén del grupo. A comienzos de 2017, Benigno junto con varios trabajadores de Samsic en DIA formaron una sección sindical de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo). “No nos pagaban las horas extras, no nos daban días de descanso ni la ropa de trabajo”, denuncia a La Marea. Benigno y sus compañeros llegaron a convocar una huelga y se sentaron a negociar “hasta que nos echaron a cuatro por reclamar nuestros derechos” en septiembre de 2017. Tres de los cuatro despedidos eran sindicalistas de la CNT.

Para Beltrán Roca, secretario de CNT El Puerto de Santa María, se trata de represión sindical y una vulneración de derechos fundamentales. Salarios muy bajos, enfermedades laborales y trabajo bajo “mucha presión” eran las condiciones laborales en la contrata de limpieza, según Roca.  Actualmente CNT mantiene dos delegadas sindicales en el centro logístico gaditano pero “son muy presionadas”, asegura el sindicalista. “A una, el superior le dijo que quería contar con ella pero a cambio tenía que borrarse del sindicato y renunciar a la reducción de jornada por cuidados de menores. Ella se negó y como represalia le quitaron muchas de sus funciones”, relata Roca.

La precarización del trabajo se ha trasladado también al personal de seguridad subcontratado a Prosegur: “Antes había vigilantes de seguridad con licencia de armas y ahora han metido a auxiliares de seguridad con contratos superprecarios, que trabajando de lunes a domingo cobran poco más del salario mínimo con turnos de 24 horas”, explica M.J.G. Prosegur afirma no poder comentar el supuesto paso de vigilantes a auxiliares por confidencialidad y remite a la propia DIA al respecto. Sobre las condiciones laborales, la compañía aclara que cumplen con el convenio colectivo del sector.

Los sindicatos atestiguan “una cierta mejoría a lo largo de los años” en la situación en la cadena de supermercados, según afirma Ángeles Rodríguez, coordinadora de Comercio en la Federación de Servicios de CCOO. “Ya no nos despiden a todos los que firmamos la candidatura. Alguno conseguimos que se quede”, explica con sorna. A pesar de la mayor libertad sindical, Rodríguez denuncia un empeoramiento de las condiciones laborales en el día a día pese a que el convenio laboral se mantiene.

A mediados de octubre, los dos sindicatos vascos, ELA y LAB, convocaron un paro de 24 horas en las tiendas de DIA en Vizcaya en protesta contra las malas condiciones laborales de una plantilla, compuesta en un 80% por mujeres. Las centrales vascas denuncian que la empresa «aún sigue practicando la política del miedo: despidos, flexibilidad absoluta en las jornadas laborales, sobrecargas de trabajo, horas extras no reconocidas, y herramientas de trabajo deficientes que ponen en peligro su salud día tras día». En concreto, se quejan de la precarización en las nuevas tiendas bajo la marca DIA&Go que «dificultarán aún más la conciliación familiar y social de las trabajadoras».

Aurora van Echelpoel hace cuatro años que dejó de trabajar en DIA pero afirma tener todavía secuelas físicas del trabajo repetitivo que hizo, tanto de reponedora como en otros puestos. Esta belga, afincada en Jerez, trabajó en varios supermercados de la ciudad gaditana durante seis años. Además, es la actual secretaria de CNT Jerez. Madre soltera, tras reincorporarse después de un accidente laboral en el que se fracturó un pie, a van Echelpoel le hicieron firmar un papel en el que pedía bajar horas. “Lo firmé porque sabía que si no lo hacía me quedaba sin trabajo. Comenzó el acoso. Me daban horarios incompatibles con el cuidado de mi hija. Tuve que pedir la reducción de jornada y me quedé ganando menos de 500 euros”, cuenta.

Las horas extras no pagadas constituyen otra irregularidad que la anarcosindicalista señala. “Siempre te hacen trabajar más horas. Al final acabas saliendo una hora o una hora y media tarde y no te vas por no fastidiar a tu compañero”. Su activismo sindical tuvo represalias, siempre según versión: “Cuando supieron que estaba metida en la CNT fui la primera en salir a la calle”, aunque reconoce que despidieron a toda la plantilla porque iban a franquiciar la tienda.

En cambio, FETICO, el sindicato mayoritario tanto en DIA como en todo el sector de grandes superficies, tiene una visión más optimista de la situación que CCOO y CNT. Antonio Pérez Rodríguez, su secretario general, recuerda que “hay un convenio colectivo firmado” por todos los sindicatos con representación en DIA (FETICO, CCOO y UGT). “Más allá de los problemas cotidianos o diarios de un sitio concreto el marco laboral está asentado”, remarca. Para FETICO, las condiciones laborales “son buenas aunque puede haber incumplimientos, pero la norma marco está perfectamente clara”.

Pérez recuerda que en los años más duros de la crisis se firmaron convenios en el sector del comercio que incluían una congelación salarial, pero ese “no fue el caso de DIA”, donde los salarios han crecido todos los años “rodando el 1% y el año que viene tocando el 2%”. Pérez apunta a una mayor subida salarial en 2019 pese a que el convenio actual caduca el 31 de diciembre de 2018 y todavía no hay firmado un nuevo acuerdo para 2019.

La complicada situación bursátil y financiera que atraviesa la multinacional se deja notar en los supermercados, cree Sonia Argüelles, extrabajadora de DIA y secretaria general de la Organización Sindical MAYSA (sindicato presente en comercios de Cantabria), que ve un empeoramiento de las condiciones laborales. Uno de los principales problemas que Argüelles percibe, al menos en Cantabria, es la existencia de tiendas DIA con solo una trabajadora. Esta falta de personal se traduce en un incremento de robos porque “entran a robar antes ahí” que en establecimientos con personal de seguridad. CCOO también ha comenzado una campaña en Clarel, la cadena de tiendas de belleza y hogar del grupo, para que no haya establecimientos con “solo una persona que lo haga todo”.

Frente a lo señalado por CCOO, CNT y MAYSA, el sindicato mayoritario FETICO no ve un empeoramiento de las condiciones laborales del grupo. “La situación bursátil es cuestión de los que tienen las acciones. No afecta a ninguna situación económica que suponga expedientes ni modificaciones sustanciales. No está afectando a nada”, sentencia Pérez.

Otro aspecto del funcionamiento de DIA que ha generado quejas del personal entrevistado por La Marea es el sistema de primas e incentivos. M.J.G, antigua auxiliar administrativa de la empresa, denuncia que la plantilla de oficina de los centros logísticos está “fuera de incentivos de productividad”. Su excompañero Juan José explica que el sistema de incentivos antes era “más equitativo” porque “era directamente proporcional a lo que tú hacías”. Hasta que, cuenta el exempleado, la empresa decidió controlar el gasto de primas.  “el trabajador que más hace le quita el incentivo al trabajador que hace menos”. “Se suele castigar a la gente en puestos de trabajos con poca productividad”, opina Beltrán Roca, secretario de CNT. “Hay mucho malestar porque no son justos”, añade.

El secretario general de FETICO tiene otra visión de este asunto: “Cualquier mejora de un sistema de primas mete más dinero en el sistema. No hemos firmado jamás un sistema de primas que meta menos dinero en el sistema. Lo que no puede hacer un sindicato nunca es determinar a quién le corresponde. Nunca se va a incentivar cuanto menos saques más te pago. No le quitan los que más producen a los que menos producen. Cada uno sabe dónde tiene que llegar para cobrar más. La globalidad de los trabajadores opina que es mejor” de esta manera, explica Pérez a La Marea.

Preguntado sobre el sistema de primas, DIA remite a lo publicado en su memoria anual, donde asegura contar con “mecanismos de evaluación del desempeño para el 100% de la plantilla que difieren y se adecuan en función del cargo y puesto”. Respecto a las acusaciones lanzadas por trabajadores y sindicatos, la compañía defiende que “no podemos entrar a valorar declaraciones de nadie porque no terminaríamos nunca”. Sobre su relación con los diversos sindicatos que están representados en DIA, la empresa afirma que es “la habitual” y “la correcta”.

Siniestralidad

Uno de los aspectos de los que más presume DIA es la prevención de riesgos laborales. En su memoria anual lo considera el primer indicador para medir su calidad como empleador. Con un 0,53% de número de horas perdidas por accidente laboral en todo el grupo, la compañía subraya este “porcentaje bajo para las características del trabajo en tiendas y almacenes”.

Un vistazo a los cuatro países en que opera DIA muestra que la tasa de accidentes es varias veces mayor en España y Portugal (entre 0,463 y 1,04) que en Argentina y Brasil (entre 0,001 y 0,184). «En cada país donde el grupo opera se garantiza que todos los empleados están formados en seguridad y salud en su puesto de trabajo”, sostiene la empresa.

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La no tan exitosa expansión internacional de Supermercados DIA

La cadena española de supermercados está presente también en Brasil

En 2017, la cadena de supermercados DIA tenía 630 tiendas en Portugal y casi dos mil en los países emergentes, como los denomina en su web corporativa, en referencia a Argentina (930 supermercados) y Brasil (1.115), tanto propias como franquiciadas. En total, suponen el 36% de todos los establecimientos de la multinacional. Mientras en España la empresa cerraba 162 tiendas en 2017, en estos tres países la compañía abría 130. A primera vista podría dar la sensación de una compañía en crecimiento global mientras pierde terreno en España, pero una mirada en profundidad muestra los altibajos en su expansión fuera de la Península Ibérica.

En 1993 se produce la llegada de DIA a Portugal, primer destino de su estrategia de expansión internacional. Al otro lado del Guadiana opera actualmente bajo las marcas Minipreço y Mais Perto. Dos años después, en 1995, inició operaciones en Grecia. La andadura en tierras helenas duró 15 años: en 2010 vendió su negocio griego, donde llegó a tener más de 400 tiendas, a su competidor francés Carrefour. En 1997, llegó a América con su primera tienda en Argentina. Dos años más tarde entró en el mercado turco, del que salió en 2013 tras vender por 136 millones de euros los 1.093 establecimientos que poseía.

Después de integrarse en el Grupo Internacional Carrefour en el año 2000, el Grupo DIA se hizo con la cadena de supermercados franceses llamada ED. Si la presencia de DIA en Grecia duró 15 años, en Turquía y Francia se quedó en los 14. La Junta General de Accionistas de Carrefour aprobó en 2011 la escisión definitiva de DIA y su salida a bolsa en solitario. La decisión de vender la división griega en 2010 fue del grupo francés, según ha informado DIA a La Marea. En 2014, DIA salió de Francia vendiendo a Carrefour su red de supermercados por cerca de 645 millones de euros. Un negocio redondo para el gigante español, en el que obtuvo plusvalías netas de 265 millones, pero que para el grupo francés ha supuesto un descuadre en sus cuentas: Carrefour ha puesto en venta 273 establecimientos de los 865 puntos de venta con los que se hizo por las fuertes pérdidas que generan.


En 2001, DIA inaugura su primer supermercado en Brasil, el país donde hoy tiene mayor número de establecimientos fuera de España. A China llega en 2003 pero se va completamente en 2018 al vender su negocio en Shanghai. Ya había liquidado su negocio y cerrado sus tiendas de Pekín en 2013. Una vez más, una de cal y otra de arena. Las salidas de Turquía, Francia y China estuvieron motivadas para “destinar recursos y esfuerzos a otros países donde el recorrido a futuro se consideraba sería mayor y las previsiones de negocio mejores”, según la propia empresa.

Paraguay es el último objetivo de su expansión internacional. Al país sudamericano llegó en 2016 con la forma de máster franquicia, que permite operar más de un establecimiento y subfranquiciar la apertura de otras tiendas a otras empresas independientes. DIA se asoció con la distribuidora Gloria de Juan Ángel Napout, empresario y dirigente deportivo paraguayo condenado en Estados Unidos por asociación para delinquir y fraude financiero dentro del caso de corrupción de la FIFA, la federación internacional de fútbol. Napout fue acusado de cobrar más de 10 millones de dólares en sobornos. Los supermercados paraguayos no aparecen en el listado de tiendas de DIA por “no tener peso suficiente”, con “todavía escasas 20 tiendas”, según la multinacional. DIA econoce que la empresa paraguaya pertenece a la familia Napout “pero poco más”, sin entrar a valorar esa asociación como fue requerida por La Marea.


Más del 60% de todas las tiendas DIA fuera de España operan como franquicias. Los abogados de decenas de franquiciados arruinados tras abrir un supermercado DIA en España, Portugal, Brasil y Argentina se reunieron en 2016 para estudiar querellas por las irregularidades que, aseguran, comete el grupo del IBEX 35.

En Ginebra (Suiza) está ubicada la sociedad DIA World Trade, S.A., creada en 2012 para la negociación de acuerdos internacionales con los grandes proveedores y que afectan a todo el Grupo DIA. Con cinco empleados, se encuentra en el país helvético por “eficiencia” porque allí están los “grandes proveedores y donde se negocian estos acuerdos, una práctica muy habitual en todo el sector de la distribución mundial”, explica DIA. Siempre según la multinacional, la actividad de DIA World Trade genera unas ganancias para el resto de países del grupo que tributan “lógicamente” en cada país y, a su vez, en Suiza paga los impuestos correspondientes. Los beneficios de DIA se declaran en España, añaden desde el grupo.

DIA cuenta, junto con la cadena de hiper y supermercados francesa Grupo Casino, con otra sociedad en Ginebra: ICDC Services. Fundada en 2015 al 50% entre las dos multinacionales de la distribución, ICDC Services se encarga de “negociación conjunta” con los grandes proveedores internacionales y actualmente emplea a siete personas, explica el grupo español.

La presencia internacional de DIA se completa con la cesión de marca a socios locales en África, con un total de 22 tiendas con el formato Citydia en Nigeria (6), Costa de Marfil (9), Guinea Conakry (3) y Ghana (4). El primer Citydia abrió en Guinea Conakry en septiembre de 2015. La multinacional española bajo esta forma cede los derechos de explotación de la marca y envía sus productos para su venta, siendo la gestión del negocio competencia exclusiva del socio local. A diferencia del modelo máster franquicia de Paraguay, el empresario local no implementa los servicios propios de DIA ni recibe asesoramiento constante, explica la cadena española.

Grupo DIA mantiene a su vez acuerdos de exportación de sus productos en más de una treintena de países como Gambia, Chipre, República Dominicana y Holanda, entre otros, donde no cuenta con presencia física de tiendas, que hacen de avanzadilla para posibles futuros acuerdos más amplios. En 2017 facturó 30 millones a través de las exportaciones, un 57% más que el año anterior, según su memoria anual.