Cinco días después de que BBVA celebre su Junta General Ordinaria de Accionistas, saldrá a la luz la X edición del informe Fossil Fuel Finance Report Card, elaborado por Banktrack, una red global de organizaciones que realizan estudios sobre bancos privados y sostenibilidad. Según Ecologistas en Acción, que ha tenido acceso a dicho documento, BBVA es uno de los bancos que peor nota saca en este examen climático. La ONG asegura que la entidad bancaria es una de las que más “han contribuido a la expansión de nuevos combustibles fósiles desde la firma del Acuerdo de París”. “Nos centramos en BBVA por la celebración de su Junta General Ordinaria de Accionistas pero el Banco Santander es igual o peor en algunos casos”, asegura Yago Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción.
1. El @BBVA es uno de los bancos del mundo con más intereses en combustibles fósiles, pero este no es el único sector en el que el banco no cumple con sus compromisos de responsabilidad social corporativa [dentro hilo]. #BBVAbancosucio #FossilBanksNoThanks https://t.co/VROxd8q7Kv
— Ecologistas en Acción (@ecologistas) 14 de marzo de 2019
A pesar de la hoja de ruta marcada por el informe del Grupo de expertos para el Cambio Cimático (IPCC, por su siglas en inglés) para las instituciones financieras, “BBVA ha aumentado desde 2016 su inversión en algunos de los combustibles fósiles más sucios del planeta como el petróleo y el gas de fracking o el desarrollo de Gas Natural Licuado”, denuncia desde Ecologistas en Acción, y añaden que la inversión “en otros combustibles fósiles de alto impacto climático como las arenas bituminosas [arenas de alquitrán] o las perforaciones en el Ártico en aguas ultraprofundas no ha sido tampoco desdeñable”.
Tras la publicación de la nota de prensa de Ecologistas en Acción, BBVA ha hecho pública «su política actualizada de financiación referida a sectores e industrias de alto impacto ambiental y social». En ella, el banco niega algunas de las acusaciones de la ONG: «La exposición de BBVA en la financiación de proyectos de exploración, producción, e incluso transporte, de arenas bituminosas, es nula», aseguran. Además, remarcan que «BBVA no está presente en la lista de los 36 principales bancos del mundo con exposición a combustibles fósiles extremos», en alusión a otro informe publicado por Banktrack con datos de 2018.
Un lavado de cara
A pesar de su creciente gasto en combustibles sucios, la entidad invierte 22.132 millones de euros en finanzas sostenibles, “una cantidad inferior a los 23.370 millones de euros de exposición a los combustibles fósiles que el propio banco reconoce”, remarcan desde la ONG, criticando que “los compromisos de desinversión son muy parciales e insuficientes”, una práctica conocida como greenwashing o lavado de imagen verde.
“Alardean de sus inversiones limpias, en energías renovables pero lo que no dicen es que en combustibles fósiles invierten más todavía”, critica Yago Martínez, que recrimina que “todas las multinacionales intentan mejorar su imagen pública ocultando otras acciones que violan los derechos humanos o afectan al medio ambiente”. Sin embargo, solo un día después de conocer estos datos, la entidad financiera recibió tres premios Green Bond Pioner Awards por sus bonos verdes vinculados a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Según Ecologistas en Acción, BBVA “solo se compromete a excluir de sus proyectos de inversión o financiación a aquellas compañías energéticas y mineras cuya actividad provengan en más de un 40% del carbón, algo que, aunque parezca un buen propósito, no está en línea con los objetivos climáticos”. De la misma forma, el banco tampoco excluye actividades como fracking o infraestructuras como oleoductos o gasoductos. En la nota de prensa emitida por la entidad, aseguran que «el umbral de carbón en el mix de generación de los clientes de BBVA se rebaja del 40% al 35%»
Es por ello que desde la ONG piden que la entidad sea “más estricta en sus criterios de Responsabilidad Social Corporativa y que se comprometa a avanzar en la exclusión de todos los combustibles fósiles de sus inversiones para fomentar una transición energética”.